Existe un protocolo de seguridad que aborda el método de atención de pacientes internados, los riesgos de caídas y que incluye la identificación correcta e inequívoca de cada persona así de los análisis y estudios realizados durante el evento de atención.
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El Hospital Distrital
de Villa Elisa es uno de los pioneros en la implementación del Protocolo de
identificación correcta e inequívoca del paciente, que entre sus páginas
establece cómo cuidad a cada persona internada, así como los niveles de
atención y riesgos que pueden tener, como por ejemplo las caídas de la cama.
La identificación
del paciente y de muestras biológicas, representan un problema grave con un repercusión
directa e inmediata y con posible riesgo para el paciente. Cuando un paciente
está mal identificado pueden ocurrir eventos adversos como el tratamiento
incorrecto o la ausencia del mismo, puede provocar retraso en el diagnóstico,
un diagnóstico errado o en ocasiones el fallecimiento del paciente.
Para identificar
correctamente a los pacientes se debe implementar un sistema único e
inequívoco. Los datos definidos como inequívocos que deben ser inscriptos en la
pulsera identificadora son el nombre y apellidos, fecha de nacimiento y su cédula
de identidad.
Cualquier otro
dato no contribuye a la identificación correcta del paciente. En caso de RN,
debe tener nombre completo de la madre, fecha y hora de nacimiento.
Al ingreso del
paciente al servicio, el primer paso es la admonición, con datos completos y
luego se le coloca un brazalete identificativo que no debe ser quitado hasta el
alta médica. Ante emergencias, la prioridad debe ser la atención al paciente y
no la identificación del mismo. Sin embargo ese paso debe realizarse posteriormente
pero con la brevedad necesaria.
La finalidad de
contar con un protocolo de seguridad del paciente es poder disminuir la
variabilidad en la atención clínica, contar con una herramienta fácil de utilizar en el
que indique qué hacer y cómo hacerlo para disminuir la cantidad de errores y de esta forma
disminuir el número de eventos adversos que puedan ocurrir en los servicios de
salud.