En la medida que los usuarios consumen estupefacientes, a más corto plazo se producen los efectos negativos para el cuerpo humano. El Gobierno Nacional lleva adelante una lucha frontal contra el tráfico de drogas, con el fin de evitar que jóvenes caigan en adicciones.
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Abordar el tema de las drogas nocivas genera dos aristas
ineludibles que se deben destacar, el aspecto educativo y el aspecto de la
confrontación a actividades ilícitas. En una primera línea, hay que decir que
el efecto en la salud de la persona y en consecuencia sus tratamientos, genera
gastos importantes del Presupuesto de Salud Pública y en la familia del
consumidor, que muchas veces se endeudan para sacar adelante al familiar con
adicción.
El efecto en las personas, según las drogas más utilizadas
se puede referir en:
Cocaína
Los efectos de la cocaína se presentan casi inmediatamente
después de una sola dosis y desaparecen en cuestión de minutos o dentro de una
hora. Los que consumen cocaína en cantidades pequeñas generalmente se sienten
eufóricos, enérgicos, conversadores y mentalmente alertas, particularmente con
relación a las sensaciones visuales, auditivas y del tacto.
La cocaína también puede disminuir temporalmente el apetito
y la necesidad de dormir. Algunos consumidores sienten que la droga les ayuda a
realizar más rápido algunas tareas simples, tanto físicas como intelectuales,
mientras que a otros les produce el efecto contrario.
Los efectos fisiológicos a corto plazo que resultan del
consumo de cocaína incluyen contracción de los vasos sanguíneos, dilatación de
las pupilas y aumentos en la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y la
presión arterial. Si se usan cantidades mayores se puede intensificar el “high”
del usuario, pero también puede llevar a un comportamiento más extravagante,
errático y violento.
Algunas personas que consumen cocaína han reportado
desasosiego, irritabilidad y ansiedad. También pueden tener temblores, vértigos,
espasmos musculares o paranoia. Además, puede haber graves complicaciones
médicas asociadas con el abuso de la cocaína.
Marihuana
Los efectos del consumo de marihuana pueden ser diferentes
para cada persona. Los más comunes incluyen sensación de felicidad,
relajamiento o euforia, reacciones y coordinación más lentas entre los ojos y
las manos, mareos, percepción distorsionada del tiempo y la distancia;
dificultad para razonar, aprender y recordar; confusión, ansiedad, pánico o
paranoia; ritmo cardíaco 20 por ciento a 100 por ciento más rápido; aumento de
la presión sanguínea; menos interés en las actividades normales; hambre; boca
seca; ojos rojos; psicosis: ver u oír cosas que no son reales (más común cuando
se consumen dosis más altas de THC).
Normalmente, estos efectos duran de dos a cuatro horas
después de haber fumado o inhalado marihuana. Si la marihuana se ingiere, los
efectos tardan más en comenzar y pueden durar de cuatro a diez horas. La
potencia o intensidad de la marihuana depende de la planta y del proceso de
extracción.
Crack o Chespi
El crack es una droga ilegal utilizada comúnmente con fines
“recreativos”, creada a partir de la combinación de clorhidrato de cocaína y
bicarbonato sódico y se forma una piedra con diferentes usos.
Al contrario que la cocaína, se consume fumándose en pequeños
tubos de vidrio o pipas y tiene un efecto inmediato, pues empieza a actuar en
aproximadamente 10 segundos. Además de estar considerada como la forma de
cocaína más adictiva, es la droga que más fácilmente puede provocar adicción
psicológica, incluso en aquellos usuarios que la consuman por primera vez. Sus
efectos iniciales son más rápidos e intensos incluso que otras drogas
inyectadas y estos se caracterizan por un breve estado de euforia, placer o
aumento de la energía, aunque también estimula el sistema nervioso y
circulatorio.
Algunos efectos del crack son: estrechamiento de vasos
sanguíneos, incremento del ritmo respiratorio, hiperestimulación,
comportamiento extraño, errático o violento; irritabilidad, alucinaciones
táctiles que crean la ilusión de insectos desplazándose bajo la piel; euforia
intensa, paranoia, depresión, pánico y psicosis, convulsiones, ataques y muerte
repentina por dosis altas.
La falta de supervisión familiar, ruptura de la estructura
familiar, presión de amigos, curiosidad, accesibilidad, entre otros factores
predisponen al consumo de drogas entre los jóvenes.
En una investigación realizada sobre los problemas
relacionados con las drogas ha aclarado que las estrategias para prevenir el
consumo y los problemas asociados, deben ser diversos y globales enfocados
principalmente en la implementación de programas educativos.
Las actividades informativas no son suficientes por lo que
se recomienda asimismo llevar a cabo actividades educativas enfocadas al
desarrollo de habilidades personales y sociales. Estas herramientas permitirán
al joven desarrollar y fortalecer el autoconocimiento, comunicarse de manera
asertiva, enfrentar situaciones de presión, tomar decisiones, asumir sus
consecuencias y resolver problemas entre otras.
El consumo de drogas y los problemas relacionados con él, no
son solo un problema de salud sino también social. Sin embargo, una solución
global a los problemas relacionados con las drogas, debe ir más allá del
individuo para centrarse en la familia en la comunidad y en la sociedad.
Desde el Gobierno Nacional, con la SENAD, la Fiscalía
General de la República, la Policía Nacional, el Ministerio de Educación y
Ciencias, como entes preventorios, y el Ministerio de Salud Pública como ente
de rehabilitación, existe una lucha frontal contra el tráfico de drogas,
masivas y en microredes, que busca extirpar este tumor de la sociedad y
resguardar la salud de las personas.