Es bien sabido que los colores de un semáforo denotan mensajes claros, si hablamos propiamente del tránsito. Pero también se pueden emplear en la prevención de posibles abusos de índole sexual.
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Ante la ola de
abusos y denuncias de manoseo que se registra de un tiempo a esta parte, principalmente
a la franja infantil, enseñar a nuestros hijos cuáles son las situaciones de vulneración
podría significar la prevención de estos hechos y resguardar su niñez.
Existen ejemplos
de situaciones de vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes con la
asignación de colores del Semáforo:
Verde: se
pueden dar caricias en la cabeza y los hombros, gestos que por lo general no
deberían llamar la atención.
Amarillo:
cuando una persona procede a tocar las piernas o las manos, puede empezar a
levantar sospechas de alguna mala intención. El mensaje es “Ten cuidado”
Rojo: ¡Nadie
puede tocar! La parte íntima (genitales, glúteos), los pechos e incluso la
boca. Son insinuaciones que pueden desencadenar en un abuso sexual.
Utilizar este
recurso para que tu hijo o hija pueda identificar estas agresiones, y trabajar
con la confianza para que el niño o niña pueda contártelo inmediatamente son
dos factores vitales para resguardar la inocencia y preservar su salud mental y
física.