Puede ser. Pero es necesario evitarlo
Las personas tocan su rostro con frecuencia y muchas veces de forma inconsciente. Durante el brote de enfermedades respiratorias y la propagación del COVID-19, el contacto con la boca, nariz y los ojos es riesgoso, debido a que se consideran puertas de entrada para los microorganismos. Con las manos, se realizan distintas acciones, como escribir, comer, jugar, dar afecto y manipular varios objetos. Es por eso que las manos se vuelven las principales portadoras de microorganismos. Las personas, desde que se levantan hasta que se acuestan, tocan muchas superficies, ya sea teclados, picaportes, pasamanos en los transportes públicos, barandas de escaleras, botones de ascensores y otros, donde los virus, incluido el COVID-19, pueden permanecer por unas horas e inclusive días y, al tocarlas, se adhieren a las manos y llegan posteriormente al rostro. Se debe tomar conciencia y evitar el contacto entre las manos y la cara, siendo una acción fundamental, tanto como lavarse las manos con agua y jabón constantemente. En especial, después de toser o estornudar, cuidar a un enfermo, después de tocar animales o sus desechos, después de usar el baño o áreas comunes. Así también, antes, durante y después de manipular alimentos. Cada uno puede implementar estas dos acciones básicas para prevenir enfermedades respiratorias: 1- Al toser o estornudar, cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo descartable o con el pliegue del codo. 2- Lavarse las manos con agua y jabón constantemente. También se recomienda limpiar regularmente con lavandina los objetos de la casa u oficina que son utilizados de forma habitual.