Presión alta, factor de riesgo cardiovascular

Ataca el corazón provocando infarto o derrame. La recomendación médica es que los pacientes hipertensos no abandonen ni cambien sus tratamientos por cuenta propia, que controlen regularmente su presión arterial, coman saludable y se ejerciten.

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La hipertensión es conocida como el “mal silencioso”, pues no presenta síntomas visibles. Constituye uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, primera causa de mortalidad en el mundo. Además de atacar el corazón dando lugar al infarto del miocardio o un accidente cardiovascular (derrame); también afecta el cerebro, las arterias y los riñones.

En Paraguay, la prevalencia de hipertensos es de 46.8%, aproximadamente, es decir, 5 de cada 10 paraguayos presenta presión arterial elevada, cuya cifra se concentra en la población de 30 a 60 años de edad.

Los pacientes con enfermedades cardiovasculares tienen mayor riesgo de padecer formas severas de coronavirus y la hipertensión arterial es un factor de riesgo para esto. Por ello, hoy más que nunca, se insiste en el control de la presión arterial.

La recomendación médica es que los pacientes hipertensos no abandonen ni cambien sus tratamientos por cuenta propia.

Asimismo, se insta a mantener hábitos saludables: comer sano, disminuir el consumo de sal y realizar periódicamente actividad física.

Se considera hipertensión arterial a partir de 140/90 mmHg. Si la persona presenta en más de una ocasión estos niveles, debe acudir a la consulta médica.

En nuestro país, las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte y la presión elevada es el principal factor de riesgo potencialmente modificable.

Entre las medidas que podrían contribuir a una mayor detección y a un mejor control de la hipertensión arterial, se aconseja:

•          Reforzar las medidas higiénico-dietéticas, como reducir el consumo de sal, bajar de peso y realizar ejercicio físico, que son importantísimas y deben recomendarse enfáticamente.

•          Educar en la población para que las personas pidan a sus médicos que les tomen la presión. Incluso que tengan un tensiómetro digital en sus domicilios y se realicen auto mediciones periódicamente, fundamentalmente en aquellos con diagnóstico de la afección.

•          Comprender que la hipertensión es una enfermedad que la mayoría de las veces necesita complementar los estilos de vida más saludables con la indicación de 1 y hasta 3 medicamentos para mantener la presión arterial bajo control.

•          Incentivar al personal de blanco para que haga tomas de presión en cada contacto que tenga con un paciente.

•          Insistir en la importancia de la adherencia al tratamiento. Aunque es una dolencia que no se ve ni duele, la hipertensión es una enfermedad que potencialmente produce graves consecuencias para la salud.

•          Implementar campañas nacionales de prevención y concientización, destacando que la hipertensión es en sí misma una enfermedad que constituye la principal causa de muerte y discapacidad.