Existen vacunas y tratamiento efectivos para la hepatitis B y más del 95% de las personas con hepatitis C que requieren tratamiento pueden curarse.
Un diagnóstico oportuno puede prevenir daños al hígado como cirrosis y el cáncer.
La Hepatitis es un proceso inflamatorio
que afecta el hígado, puede ser causada por varios agentes: infecciosos
(virus), tóxicos (alcohol, fármacos) o reacciones autoinmunes. Afecta a nivel
mundial a millones de personas cada año, causando discapacidad y muerte. Desde 2011, cada 28 de julio se conmemora
el Día Mundial de la Hepatitis, fecha observada por la OPS/OMS para promover
discusiones, crear conciencia e instar a acciones para prevenir y controlar la
hepatitis viral. La OMS elige cada año un tema clave a
destacar, en el que se requieren acciones para alcanzar los objetivos mundiales
para 2030. Este año, el tema es "Un futuro libre de hepatitis” y se centrará
en: a) la eliminación de la hepatitis viral, destacando la eliminación de la
transmisión maternoinfantil y la primera infancia de la hepatitis B; b)
servicios integrados para hepatitis viral; y c) asegurar la continuidad de los
servicios de hepatitis durante la pandemia de COVID-19. El diagnóstico oportuno de la hepatitis
permite el tratamiento temprano y puede prevenir daños al hígado como la
cirrosis y el cáncer. Hazte la prueba de la hepatitis. Esta prueba se realiza en la sede del
PRONASIDA y en los servicios de atención integral al VIH y otras ITS de las
regiones Sanitarias. Está orientada a embarazadas, población privada de
libertad y a hombres que tienen sexo con hombres (HSH), población trans y
trabajadores sexuales femeninas (MTS). Virus que producen las hepatitis Las hepatitis A y E son transmitidos por
vía fecal-oral, a través de agua y
alimentos contaminados, con más prevalencia en países con deficientes
condiciones sanitarias, los virus causantes de las hepatitis B, C y D, son
trasmitidos por vía sanguínea, sexual y vertical (madre-hijo), su distribución
varia de una región a otra, la prevalencia está asociada a ciertas prácticas
que favorecen su transmisión, como la utilización de materiales
contaminados en usuarios de drogas
inyectables y transfusiones sanguíneas, relaciones sexuales sin protección o
por accidentes ocupacionales sanitarios. Las infecciones por hepatitis virales se
han extendido y afectan a 400 millones de personas en todo el mundo, alrededor
de 1,4 millones de personas mueren cada año a causa de esta enfermedad. Se
estima que solo el 5% de las personas con hepatitis crónica sabe que tiene la
infección. La hepatitis B crónica es la principal
causa de cáncer de hígado, que a su vez es la 2ª causa más común de muerte por
cáncer. El Virus de la Hepatitis B (VHB) puede
transmitirse via sexual que puede ocurrir, particularmente en hombres no
vacunados que tienen relaciones sexuales con hombres y personas heterosexuales
con múltiples parejas sexuales o en contacto con trabajadoras sexuales. Además,
la infección puede ocurrir durante procedimientos que están contaminados con
sangre infectada, y también puede transmitirse de la madre con VHB al niño/a
durante el embarazo. La hepatitis B crónica puede ser
asintomática durante años o incluso décadas, mientras causa un gran daño
hepático. Los lactantes y los niños son mucho más propensos a desarrollar la
hepatitis B crónica que las personas que se infectan en la edad adulta. Hasta
un 40% de las personas que contraen neonatalmente la hepatitis B desarrollará
finalmente cáncer de hígado. El riesgo de hepatitis aguda aumenta con la edad,
pero la hepatitis B suele resolverse de forma espontánea y casi siempre da
lugar a la eliminación del virus. La infección en la edad adulta conduce a hepatitis
crónica en menos del 5% de los casos; la muerte por hepatitis fulminante
representa una baja proporción. Plan Nacional El Programa Nacional de Control de
VIH/Sida-ITS cuenta con un protocolo de manejo e intervención en Hepatitis B y
C, acompañando en su implementación al Plan Integral de abordaje intervención
del VIH en Paraguay. Paraguay dispone de un Plan Estratégico
Nacional para la prevención y el control de las hepatitis virales 2018 – 2022,
con énfasis en las hepatitis B y C, aborda los temas transversales de manera
integral y orienta la respuesta del sector de la salud con un enfoque
interprogramático articulado con todos los sectores, a fin de establecer una
respuesta de salud pública eficaz e integral. La lucha con las hepatitis virales se
enmarca dentro de la Política Nacional de Salud 2015 - 2030 cuyo objetivo es
“avanzar hacia el acceso universal a la salud y lograr la cobertura universal
de salud al mayor nivel para reducir las inequidades en salud y mejorar la
calidad de vida de la población en el marco de un desarrollo humano
sostenible”. Actualmente, la aplicación de la vacuna
para hepatitis B se inicia en el recién nacido dentro de las 24 horas de vida,
luego a los 2,4 y 6 meses formando parte de la pentavalente. La vacuna se
introdujo en el país en el año 2003 a la edad de 2, 4 y 6 meses y en el año
2017 la dosis al nacer. En el 2011, la cobertura fue de 76%; 2012 (74,4%), 2013
(72,6%), aumentando en el 2014 (73,6%). Para el 2015 y 2016 la cobertura
nacional alcanzó un 80% para las 3 dosis administradas en lactantes al cumplir
6 meses de vida. Cifras Las hepatitis víricas causaron 1,34
millones de muertes en 2015, una cifra comparable a la de las muertes por
Tuberculosis y superior a las provocadas por el VIH. La mayoría de las muertes
debidas a hepatitis víricas en 2015 fueron por hepatopatía crónica (cirrosis) y
cáncer hepático primario (carcinoma hepatocelular).
La prevalencia de la hepatitis B es más
alta en la Región del Pacífico Occidental 6,2% y en África, (6,1%). Mientras
que en la Región de las Américas es del 0,7%.