Médico tratante de pacientes COVID-19, cuenta su experiencia e insta a las personas a cuidar más la salud.
El médico David José López de 31 años,
originario de Pirayú - Paraguarí, hace aproximadamente 5 años reside en Alto
Paraná, es uno de los profesionales encargados de atender los casos positivos
de COVID en el Hospital Integrado Respiratorio Alto Paraná (HIRAP). Egresado de la carrera de Ciencias Médicas
en Cuba, se ha desempeñado en el área de Urgencias en varios centros
asistenciales de la zona, en los últimos cuatro años y hace 2 meses se
incorporó al plantel de médicos del HIRAP. Acerca del trabajo del área de Urgencias,
el profesional manifiesta que “el trabajo en el Hospital, en cualquier
situación es difícil, con pandemia o sin ella, prestar servicios en urgencias
es bastante pesado, por el hecho que estamos trabajando con seres humanos, la
responsabilidad de que puedas hacer la diferencia en la situación de salud del
paciente y en la mayoría de los casos en las urgencias la diferencia está entre
la vida o la muerte” “La vida en el hospital con esta pandemia
es aún más difícil”, relata, y comenta lo complicado que es utilizar el Equipo
de Protección Individual (EPI), durante todo el turno. “Utilizamos 12 horas, no
es muy cómodo, no tiene que ver con la calidad, sino por el calor que genera,
además una vez que uno se viste con el EPI para evaluar al paciente, es una
cuenta regresiva con la necesidades fisiológica como tomar agua, comer, ir al
baño; por eso lo recomendable es, no tomar agua ni consumir nada al menos una
hora antes de entrar a evaluar a los pacientes, con relación a la entrada y
salida, en el Hospital Integrado Respiratorio Alto Paraná, es muy estricto el
control, una vez dentro del hospital ya no podemos salir a no ser que nos
bajemos y cambiemos la ropa, de hecho tenemos que llevar 3 conjunto de ropa; el
que llevamos puestos, otro para trabajar y otro más para salir del hospital”,
relató. Según compara López, la pandemia en
Paraguay no es distinta de los demás países afectados, es más, en nuestro país la
pandemia no fue tan fea como en otros países. “Pienso que cada vida perdida es
una derrota, duele, cuesta encarar a la muerte y en muchos de los casos aceptar
que no podemos hacer nada más por nuestros pacientes; nos gustaría tener la indicación médica, el
medicamento milagroso pero lastimosamente no existe, el dar la noticia de un
deceso a un familiar, es lo más difícil para el personal de blanco, por esa
razón creo que no podemos subestimar esta pandemia, no podemos decir que solo a
un grupo etario le afecta más y a otro no” agregó.
El Dr. López refiere que “esta PANDEMIA, no solo desnudó la situación
de la salud pública mundial, además demostró que una buena parte de la
población mundial y lógicamente Paraguaya estaba con algún grado de afectación
orgánica, que quiero decir con eso, que de alguna forma el ser humano con el
desarrollo ha generado nuevas formas de enfermarse, de dañar o alterar el
perfecto funcionamiento de su organismo, si nos damos cuenta, este virus afecta de manera más letal a aquellas
personas que tienen alguna enfermedad de base, lo que significa que el 90% de
las muertes son de personas que ya tenían algún grado de complicación de
enfermedad de daño orgánico, y la responsabilidad de la salud individual en
gran parte depende de cada uno de nosotros, es decir, de nosotros depende la
elección de comer tortilla o una manzana, asado o una sopa de verduras,
resumiendo creo que esta pandemia también desnudó, el descuido y desinterés de
la humanidad por su salud, espero que aparte de tomar las medidas para prevenir
el contagio y la propagación del covid-19 también podamos cuidar más de nuestra
salud, cuidando de lo que comemos, de cuantas horas dormimos, de cuantas horas
dedicamos a la actividad física, de no fumar, no exagerar con las bebidas
alcohólicas, con las comidas rápidas y muchos otros productos que enferman
lentamente el cuerpo, son medidas o prácticas que aparentemente sencillas, pero
que hoy puede marcar la diferencia entre la vida o la muerte de una persona”.