El 12 de setiembre se recuerda el “Día de la Sal Yodada”, fecha propicia para recordar que el yodo es un mineral importante para prevenir ciertos desórdenes.
La mejor fuente de yodo es la sal yodada, y se recomienda su consumo en cantidades moderadas. La carencia de yodo afecta la salud de los niños y las embarazadas, principalmente. Entre los problemas de salud llamados “desórdenes por deficiencia de yodo”, figuran el bocio (agrandamiento de la glándula tiroides, que se encuentra en la parte delantera del cuello que puede ser notorio o no) y cretinismo (deficiencia mental y del desarrollo, disminución de la capacidad para oír y hablar). En Paraguay, país mediterráneo, muy alejado de las costas marinas, el suelo carece de este mineral y, por lo tanto, los productos frutihortícolas, así como los animales y pescados de río no contienen yodo de manera natural. La medida más efectiva, simple y de bajo costo para aportar este micronutriente al organismo es a partir de la sal yodada. En los años 90, considerando la situación endémica en la que nos encontrábamos, se creó el Programa de Prevención de los Desórdenes por Deficiencia de Yodo-DDY, que implementa la estrategia de fortificación de la sal con yodo, integrando disposiciones jurídicas, monitoreo constantes a empresas elaboradoras y fraccionadoras de sal, e información a la población. Para la adecuada implementación del Programa, la población cumple un papel muy importante como contralor, por ello es necesario que siempre verifique que la sal adquirida de cualquier punto de venta cuente con la información obligatoria en la etiqueta, como el número de Registro Sanitario de Producto Alimenticio (R.S.P.A) y el número de Registro de Establecimiento (R.E) Para mayor información acerca del Programa Nacional de Control y Prevención de Desordenes por Deficiencia de Yodo, ingresar al siguiente enlace: http://www.inan.gov.py/site/?page_id=501