COVID-19: Mitos sobre las vacunas

La seguridad de las vacunas es siempre la máxima prioridad y esto no es diferente para las vacunas contra el COVID-19.

Las vacunas salvan cada año millones de vidas. Su función es entrenar y preparar a las defensas naturales del organismo (el sistema inmunológico) para detectar y combatir a los virus y las bacterias seleccionados. 

Ante dudas sobre las vacunas el COVID-19, la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud OPS/OMS brinda algunas informaciones al respecto, para combatir los mitos sobre las mismas:

La vacuna y el sistema inmunitario

La vacuna no debilita o sobrecarga el cuerpo, ni hará que caigamos enfermos. Algunas personas pueden experimentar efectos secundarios leves como dolor en el lugar de la inyección, dolores musculares o fiebre, pero estos desaparecen rápidamente. Estos efectos secundarios son el resultado de la respuesta del sistema inmunitario a la vacuna y no son un signo de que se haya contraído la enfermedad.

Continuidad de las medidas de salud pública después de la vacunación

Será necesario seguir usando mascarillas, mantener la distancia física y lavarse las manos con frecuencia, incluso después de que se aprueben y empiecen a administrar las vacunas contra el COVID-19. Tomará bastante tiempo producir suficientes dosis y distribuirlas ampliamente para que podamos parar la transmisión del virus. Una vez que las vacunas estén disponibles, se estima que más de dos tercios de la población deberán estar vacunados hasta que podamos alcanzar la inmunidad colectiva y detener la enfermedad.

Vacunas y microchips

Las vacunas solamente se usan para proteger a las personas de enfermedades que pueden enfermarte o causar la muerte. Los microchips nunca se han usado en las vacunas y no son parte de las vacunas contra el COVID-19.

Vacunas y células humanas

Ninguna vacuna, incluidas las vacunas contra el COVID-19, se desarrollan o ensayan con tejidos de fetos humanos abortados ni los contienen.

Vacunas e infertilidad

Las fases de los ensayos clínicos de las vacunas que han recibido autorización para uso de emergencia han demostrado que recibir la vacuna no afecta la fertilidad; es más, algunas participantes en los estudios clínicos se quedaron embarazadas durante el estudio. Ninguna vacuna de la que se sospeche que puede afectar la capacidad de una persona para concebir ha sido o será aprobada.

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