Hay situaciones en los que la aplicación de la segunda dosis se posterga por enfermedad u otros factores, en estos casos, si el margen de tiempo es aceptable, la inmunidad sigue siendo la misma y no se altera.
El Ministerio de Salud recomienda completar el esquema de vacunación, una vez que se encuentre habilitado para el efecto. En caso de que no pueda acudir para aplicarse la segunda dosis de la antiCovid, en el momento en que le corresponde, se lo puede aplicar en un lapso de días, semanas incluso meses. Por ejemplo, si debía aplicarse la segunda dosis de Pfizer a los 21 días después de la primera aplicación, y se lo aplicó 2 meses después por alguna razón, este tiempo transcurrido no altera la inmunidad alcanzada con la primera dosis, es decir, no es necesario volver a iniciar el esquema de vacunación, simplemente completarlo, siempre y cuando el lapso entre las dos dosis sea aceptable. Con la vacuna ocurre un fenómeno, no solamente con la dosis contra COVID-19, sino con todas las vacunas, la primera dosis aplicada es eficaz, “dosis puesta, dosis que vale”, mencionó el Dr. Guillermo Sequera, director general de Vigilancia de la Salud. El profesional de la salud también refirió que, la primera dosis aplicada en la mayor cantidad de población, ayuda a frenar la epidemia, y la segunda dosis, prolonga el efecto de la primera vacuna. Actualmente, se vive un descenso importante de casos COVID-19, probablemente, porque el virus no encuentra a quien más contagiar. Según el Dr. Sequera, esto puede deberse a que, posiblemente en las grandes áreas urbanas del país, cerca de la mitad de las personas ya se han contagiado, y el resto, es gran porcentaje de personas vacunadas, entonces, hay una ligera inmunidad de rebaño. No ilusionarse con la inmunidad de rebaño Una nueva variante puede escapar a la inmunidad, y uno se vuelve a contagiar y así, surgen los rebrotes de casos. La inmunidad de rebaño no hará desaparecer la epidemia, la epidemia va a seguir, va a tener su ritmo y, en este sentido, lo importante es y será inmunizar a las personas que tienen altas probabilidades de adquirir formas graves de la enfermedad, incluso con desenlace indeseado. Los cuidados deben continuar, insistir con el uso de tapaboca, lavado de manos, distanciamiento físico, ventilación de ambientes, no compartir mate, tereré o utensilios de uso personal, entre otras acciones.