Eliminación de criaderos y uso de repelente son claves en la lucha contra el dengue

La eliminación de criaderos de mosquitos es la mejor estrategia para impedir la propagación del dengue y otras arbovirosis. La limpieza dentro y fuera de los hogares se debe realizar de forma diaria y esta acción debe ir acompañada con la aplicación de repelente y otras barreras de protección personal.



La adopción del hábito de la eliminación de criaderos de manera periódica y durante todo el año debe ser un compromiso de todos, como medida de control principal para evitar la circulación viral del dengue y otras arbovirosis, complementando esta acción con el uso de repelentes para garantizar la protección contra las picaduras de mosquitos.

Según datos de organismos nacionales e internacionales, el repelente está indicado para utilizarlo al aire libre, cubriendo las superficies expuestas de piel. Su aplicación debe realizarse en promedio cada 3 a 6 horas, de acuerdo con la transpiración de cada persona y las especificaciones en la etiqueta del producto.

Al momento de la adquisición, se debe verificar que contenga hasta 30% de D.E.E.T. como principio activo. Por precaución, se recomienda consultar previamente con el médico sobre el uso correcto en niños. No se debe aplicar en heridas u otras patologías de la piel.

Una barrera de protección complementaria es el uso de prendas de vestir de colores claros que cubran la mayor parte del cuerpo, para reforzar la protección contra picaduras de mosquitos y otros insectos.

Para el interior de los domicilios, se aconseja el uso de telas metálicas en puertas y ventanas, así también mosquiteros al momento de dormir. En caso de emplear espirales y tabletas, se aconseja utilizarlos con moderación.