La leche materna es el alimento esencial y completo para todo bebé desde su nacimiento; aporta todos los nutrientes necesarios para lograr un crecimiento y desarrollo óptimo. Amamantar ofrece protección contra las enfermedades y favorece el desarrollo intelectual y afectivo del niño.
Los niños que fueron amamantados con leche materna exclusiva tienen mayores indicadores de desarrollo cognitivo. En otras palabras, a mayor desarrollo cognitivo, mayor escolaridad. La leche materna es la primera medida de seguridad alimentaria que podemos brindar, principalmente para disminuir la mortalidad infantil. Está visto que iniciar la lactancia materna en la primera hora de vida reduce el riesgo de muertes en el primer mes en casi un 20%. La leche materna contiene efectos protectores a largo plazo; puede prevenir el desarrollo de enfermedades hipertensivas, metabólicas y cardiovasculares. Cuando se brinda al bebé la lactancia materna según lo pida y de forma exclusiva, no necesita beber agua, porque la leche materna aporta el vital líquido en cantidad suficiente. No ocurre lo mismo con los niños que son alimentados con leche de fórmula. La supresión de la lactancia materna puede ocasionar En el bebé: mayor riesgo de mortalidad, de contraer enfermedades agudas, como la diarrea, las infecciones del oído y de índole respiratoria, y mayor riesgo a adquirir enfermedades crónicas, incluida la diabetes tipo II en 35%. Así, la lactancia materna más allá de los dos años reduce el riesgo de sobrepeso y obesidad en un 13% En la madre: riesgo de contraer anemia y cáncer de mamas y ovarios. Estadísticas señalan que las mujeres que no amamantan presentan un riesgo de 4% mayor de padecer cáncer de mama y 27% de probabilidad de desarrollar cáncer de ovario. Luego de los 6 meses, el bebé continúa mamando e inicia un nuevo periodo con la introducción progresiva de otros alimentos que complementan a la leche materna. Al año de edad, el niño debe continuar con la toma de pecho y se incorpora a la alimentación de la mesa familiar. Se recomienda dar de mamar hasta los dos años de edad o más.