Ser donante es un acto voluntario, altruista y gratuito en el que una persona viva o fallecida, cede uno o la totalidad de sus órganos para que otra persona pueda seguir viviendo, o pueda mejorar su calidad de vida.
Cualquiera de nosotros, en algún momento de la vida, podría necesitar un trasplante de órganos, o tal vez un familiar cercano o una persona muy allegada a nuestros afectos, por ello, es importante reflexionar sobre la importancia de ser donante de órganos, una decisión personal que algún día podría salvar la vida de otros seres humanos. Según la “Ley Anita” 6170/18, toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos posterior a su fallecimiento. Si alguien no desea donar, debe manifestarlo por escrito al Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT). Es muy importante que los familiares y amigos sepan la decisión que ha tomado uno de ser donante, y que ellos apoyen y respeten la decisión. Existen factores que influyen en la decisión de ser donante, por citar la educación, el conocimiento sobre el concepto de muerte, el tratamiento del tema con la familia, entre otros. En resumen, la cultura de la donación en el Paraguay debe estar basada en una información responsable, el paraguayo/a que ha perdido un ser querido debe tener la convicción de que está haciendo un bien al respetar la decisión de esa persona que ha partido, que está salvando vidas. Derribar mitos sobre la donación de órganos y tejidos es la principal barrera cultural a vencer, por ello es importante saber que: - No se desfigura el cuerpo del donante. - Si una persona llega a urgencias y es donante, lo primero que harán los médicos es intentar salvarle la vida. - Recién cuando no existe ninguna posibilidad de vida y se ha certificado la muerte, es ahí cuando se aborda la donación como una posibilidad para la persona que es donante y llegó a urgencias de un servicio de salud, y que ha dejado de vivir. Los padres del posible donante son, ante todo, una familia en duelo que está sufriendo por una muerte prematura y trágica. Por ello, el abordaje se da siempre con extrema sensibilidad, prudencia y compasión, concediéndoles el tiempo que precisen para entender lo acontecido, para despedirse, y tomar decisiones en torno a la donación. Cabe mencionar que, el abordaje sobre la situación de donante de órganos y tejidos es habitual en todo paciente en situación de muerte encefálica que no presenta contraindicaciones médicas para ser donante. Sobre niños en lista de espera de un donante de órganos Un niño en lista de espera es siempre prioridad, pero lo que verdaderamente marca la diferencia es la situación clínica del enfermo que espera un trasplante, es decir, la primera prioridad de asignación es la urgencia. Teniendo en cuenta que la demanda de trasplantes en estas edades es limitada, la donación de órganos lo es todavía más: la mortalidad infantil en general y la que permite la donación es muy baja;(niños previamente sanos que fallecen por TCE, un ACV, que son condiciones que permiten convertirlo en donante). También están las situaciones que precisan una similitud entre el tamaño del donante y el del receptor, un recién nacido solo puede recibir el corazón de otro recién nacido, no de un niño de mayor tamaño y mucho menos de un adulto. En Paraguay, se tiene una tasa de donación fluctuante histórica de 3,8, que data del año 2019, sin embargo, durante la pandemia que inició en el año 2020, la misma estuvo por 0,8, y en el año 2021, 2,03, en tanto que este año, la tasa está con 0,7 pmp. ¿Cómo es el perfil del donante en Paraguay? ¿Qué número corresponde a niños y niñas? El perfil del donante en Ntro. país es la de: • Masculino. • Con un promedio de 46 años (3 años – 82 años). • Con Diagnóstico de Accidente cerebro Vascular en un 77% (derrame cerebral) seguido muy de cerca del Traumatismo Craneoencefálico que corresponde al 68%. • Procedentes de Asunción y Central. De este número corresponde a donantes pediátricos solo el 10%.