Higienizar las manos con frecuencia es fundamental para evitar la propagación de varias enfermedades, teniendo en cuenta que son el vehículo de muchos microorganismos, virus, bacterias y, en ocasiones, hasta de parásitos.Esta práctica es una de las mejores formas de protegerse a uno mismo, a los miembros de la familia y a todos los que nos rodean.
Las manos limpias pueden evitar que los microbios pasen de una persona a otra y a toda la comunidad, desde la casa y el sitio de trabajo, hasta las guarderías infantiles y los hospitales. El sencillo hábito de lavarse las manos con agua y jabón salva millones de vidas cada año. ¿Cuándo lavarse las manos? • Antes de tocarnos la cara. • Al llegar a casa. • Después de ir al baño. • Antes y después de comer y preparar alimentos. • Después de sonarse la nariz, toser o estornudar. • Después de visitar un espacio público: transporte, oficinas, establecimientos comerciales, lugares de culto y otros. • Después de entrar en contacto con superficies fuera del hogar, por ejemplo, dinero, puertas, etc. • Antes y después de cuidar a una persona enferma. Pasos para el lavado correcto de manos - Mojar las manos con agua segura. - Las manos húmedas se deben cubrir con jabón y frotar toda la superficie, incluidas las palmas, el dorso, entre los dedos y, especialmente, debajo de las uñas, por lo menos durante veinte segundos. - Luego, se deben enjuagar bien con agua corriente (es preferible usar agua corriente o echarse agua en vez de usar el agua dentro del recipiente) y secarlas, ya sea con una tela limpia o toallas desechables. - El uso de alcohol (líquido o en gel) constituye una alternativa de desinfección si no se cuenta con agua y jabón, puede ser utilizado en cualquier situación, sin embargo, siempre que las manos estén visiblemente sucias debe usarse agua y jabón.