Con el descenso de la temperatura, su consumo suele ser menor que en días calurosos. Pero el organismo necesita hidratarse, por lo que se recomienda no esperar a tener sed para consumir agua.
En los días fríos, la temperatura corporal no detecta fácilmente su falta de hidratación y esto hace que, muchas veces, la piel se reseque, y más aún con la ducha caliente. El consumo de agua debe ser igual en todas las épocas del año. Se debe ingerir en cantidad abundante y no esperar a tener sed para hidratar el organismo. La falta del vital líquido puede producir, además de deshidratación, incremento de la presión arterial y del nivel de glucemia (azúcar en sangre), en el caso de los diabéticos. Es recomendable consumir al menos ocho vasos de agua potable, aumentando la cantidad en días calurosos o cuando se realiza actividad física; esto se debe a que nuestro organismo necesita mayor aporte de agua potable, ya que las pérdidas naturales de agua van de 2 a 2.5 litros diarios. El consumo de agua potable en la cantidad suficiente ayuda a la regulación de la temperatura corporal, a la digestión y mejora el aprovechamiento de los alimentos. Consejos para aumentar la ingesta de líquidos durante el día -Evitar la sensación de sed, bebiendo líquidos de forma regular durante el día. -Consumir cantidades suficientes de agua antes, durante y después de la actividad física, igualmente si la temperatura está baja. -Aumentar el consumo de frutas y verduras, por su alto contenido de agua. -Consumir otros alimentos líquidos, como caldos, sopas o leche. Es importante tener en cuenta que las bebidas alcohólicas y las que contienen cafeína (café, té, bebidas gaseosas) no ayudan a hidratar el organismo.