Al año de vida, el niño puede consumir los mismos alimentos saludables de la familia

Es importante establecer una rutina distribuida en desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena. 
Incorporar a su alimentación lácteos enteros y sus derivados (leche, yogur y queso).
Se recomienda continuar con la lactancia materna hasta los dos años de vida o más, o hasta cuando la madre y el bebé lo deseen.


A partir del año de edad, la niña o el niño debe comer diferentes tipos de alimentos, distribuidos en cinco comidas (el desayuno, la media mañana, el almuerzo, la merienda y la cena), con espacios aproximados de tres horas entre comidas. Es importante respetar los horarios, evitando los picoteos.

De igual forma, se recomienda seguir dando leche materna hasta los dos años de vida. 

En el desayuno y en la merienda, puede tomar leche materna, leche entera con panificados o yogur con frutas.

Con la leche, se puede preparar arroz con leche, crema o candial. También, se le puede ofrecer una feta de queso con un panificado.

En la media mañana, es importante que reciban un alimento nutritivo, fácil de digerir, como frutas en trozos pequeños, acompañadas de leche materna. Se puede dar también yogur o huevo duro entero, bien cocido.

En el almuerzo y en la cena, pueden consumir un plato pequeño de la comida saludable que consume la familia, como guiso de arroz o fideo con carne, vori vori, soyo, caldo de poroto con fideo o tortillón de verduras al horno. Igualmente, preparados con carne de vaca, pollo o pescado o huevo.

Con cereales se puede hacer con el arroz, fideo, locro, harina de maíz o tubérculos, como la papa, la mandioca o la batata, y verduras de todos los colores, las cuales puede consumir en forma cruda, en forma de ensalada, a partir de los 18 meses de vida.

Las carnes pueden ser reemplazadas por porotos o lentejas mezclando con arroz o fideo y verduras, de dos a tres veces por semana. 

Los aceites vegetales aportan energía y ácidos grasos esenciales necesarios para el crecimiento y el desarrollo. En las preparaciones cocidas, utilizar poca cantidad de aceite vegetal, como girasol, maíz, soja o canola. No usar grasas sólidas o de origen animal.

En las preparaciones frescas, como por ejemplo las ensaladas, usar aceite en forma natural.

El agua potable se debe ofrecer al niño o niña, en tres vasos por día, cada vez que lo pida. Se debe dar al finalizar las comidas y no antes, para no satisfacerse con la misma. 

Evitar el consumo de refrescos y gaseosas, por el alto contenido de azúcar, y embutidos por su alto contenido de grasas y sodio.