Tomemos agua antes de tener sed

La sed indica que ya se está presentando características de ligera deshidratación. Lo ideal es ingerir agua a lo largo del día.
Los requerimientos varían según la edad, género, nivel de actividad y las condiciones ambientales.
Por lo general, la recomendación es beber entre 2 y 3 litros de agua al día.


Beber suficiente agua es fundamental para que el cuerpo funcione correctamente. Por ello, es muy importante asegurarse de tomarla diariamente en las cantidades recomendadas. 

Durante los días fríos, se siente menos la necesidad de hidratarse, disminuye la sensación de sed y como también se suda menos, es común reducir el consumo de líquidos. Sin embargo, es importante saber que las necesidades no descienden y no se debe esperar a tener sed para beber líquidos, ya que la misma es uno de los primeros síntomas de la deshidratación.

Si la persona está deshidratada, puede experimentar mareos, dolores de cabeza, cansancio y disminución de sus habilidades mentales y físicas. Una hidratación insuficiente también puede causar problemas renales e intestinales, como estreñimiento. Además, la piel puede sufrir, volviéndose seca y perdiendo elasticidad, especialmente en épocas de frío intenso.

En cuanto a los requerimientos de agua, pueden variar según la edad, sexo, niveles de actividad y condiciones medioambientales. Por lo general, la recomendación es beber entre 2 y 3 litros de agua al día. Es fundamental recordar que la hidratación va más allá de tomarse uno o dos vasos de agua, si no que la reposición tiene que ser permanente y a lo largo de todo el día.

El consumo adecuado de agua regula la presión sanguínea y ayuda a prevenir numerosas enfermedades, entre ellas estreñimiento, sobrepeso, obesidad e hiperglicemia. Además, mejora la digestibilidad y facilita la absorción de nutrientes.

El agua también se obtiene a través de otras bebidas y alimentos líquidos, como las frutas y verduras, las sopas o los caldos. Si bien las bebidas que contienen cafeína (café, té y bebidas gaseosas) no se recomiendan como fuente de hidratación para el organismo, ya que tienen un efecto diurético, haciendo que el cuerpo elimine agua, en días de frío puede consumirse con moderación café y variedades de infusiones calientes, preferentemente sin agregado de azúcar, siempre cuidando que el consumo diario de agua sea adecuado.

Entre las frutas con alto contenido de agua se destacan el pomelo, la mandarina y la naranja, que, además, aportan vitamina C, sandía, melón. Mientras que, entre las hortalizas, se hallan el zapallo, la calabaza, el chuchú (papa del aire), el tomate, la berenjena y el zucchini.