Hábito tabáquico y su perjuicio a la salud

La adicción al tabaco, conocida como tabaquismo, es provocada principalmente por la nicotina, la cual actúa sobre el sistema nervioso central, regulando las sensaciones placenteras y provocando la aparición de dependencia.

El tabaquismo perjudica la salud, favoreciendo la aparición de diversos trastornos y dolencias, como ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares, bronquitis crónica, afecciones pulmonares u otras enfermedades relacionadas.

En Paraguay, los resultados de la “Segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades No Transmisibles 2022” señalan la reducción del consumo de tabaco convencional, de 14,5% a 12,5%; sin embargo, un 5% de la población opta por consumir tabaco a través de dispositivos electrónicos, principalmente en la zona urbana.

En el país, el 17% de la población fuma, el mayor porcentaje de fumadores se observa en la franja masculina. Así también, el 15,7% de la población se encuentra expuesta a humo de tabaco.

Consecuencias del consumo de tabaco

El cigarrillo contiene 4.000 sustancias nocivas, de las cuales, al menos 70 causan cánceres, según los datos del Programa Nacional de Control del Tabaquismo y Enfermedades Respiratorias Crónicas (PRONATERC).

Fumar un cigarrillo significa exponerse a numerosas sustancias perjudiciales para la salud y al riesgo de desarrollar una dependencia.

Una de ellas es el monóxido de carbono, el cual se encuentra en el humo del tabaco, y pasa a la sangre a través de los pulmones. Es el responsable del daño en el sistema vascular y de la disminución del transporte de oxígeno a los tejidos de nuestro organismo. Produce fatiga, tos y expectoración.

Por otro lado, se encuentra la nicotina, que actúa sobre las áreas del cerebro que regulan las sensaciones placenteras, provocando la aparición de dependencia. También actúa sobre el sistema cardiovascular, aumentando la frecuencia cardiaca y la posibilidad de arritmias. Además, produce cambios en la viscosidad sanguínea y aumenta los niveles de triglicéridos y colesterol.

Fumar no aumenta solamente el riesgo de cáncer de pulmón, sino que también es un factor de riesgo para los cánceres de boca, laringe, faringe (garganta), esófago, riñón, cuello uterino, hígado, vejiga, páncreas, estómago, colon y recto, leucemia mieloide entre otras.