La donación de sangre es un acto solidario que puede salvar y mejorar vidas. Es un proceso seguro y rápido, solo toma unos minutos y no causa ningún dolor.
“Dona sangre, dona plasma, comparte la vida, compártela frecuentemente”.
En el marco del “Día Mundial del Donante de Sangre”, celebrado en el mes de junio, y bajo el lema “Dona sangre, dona plasma, comparte la vida, compártela frecuentemente” el Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo (SENEPA) participó de una jornada solidaria de donación de sangre, con el acompañamiento del Centro Nacional de Servicios de Sangre (CENSSA), en las instalaciones del edificio central de la institución.
El evento fue encabezado por la dirección general del SENEPA, a través del Comité de Salud Ocupacional, brindando a los funcionarios de distintas dependencias la posibilidad de adherirse a este noble acto que salva vidas y que ayuda a mejorar la calidad de la existencia de muchas personas.
El donante voluntario de sangre, con su altruismo y compromiso, permite salvar hasta tres vidas humanas por cada donación que realiza, teniendo en cuenta que no existe un reemplazo de la sangre, ya que ésta no se fabrica, solo la produce el cuerpo humano. De allí la importancia de llevar a cabo esta acción con aquel que la necesite.
¿Cuáles son los requisitos para ser donante?
- Presentar cédula de identidad (es obligatoria).
- No haber tenido hepatitis después de los 10 años de edad.
- Tener entre 18 a 65 años de edad.
- Pesar como mínimo 50 kg.
- No estar engripado, resfriado, con fiebre o diarrea.
- No usar drogas.
- Puedes donar después de un año del último piercing o tatuaje que te hayas hecho.
- No presentar heridas aún no cicatrizadas.
No hace falta estar en ayunas; el plazo mínimo entre una donación y otra es de 60 días. Los varones pueden donar hasta 4 veces y las mujeres hasta 3 veces en el año.