Los niños necesitan jugar y ejercitarse para crecer sanos y fuertes. En la era en que la tecnología predomina en todos los ámbitos, es importante motivarlos a estar menos tiempo sentados frente a las pantallas y a mantenerse activos para el desarrollo físico y mental.
El juego en todas las edades es una actividad imprescindible para la salud mental y un derecho universal impostergable para los niños. El juego ayuda a desarrollar estructuras cerebrales, a aprender y practicar estrategias cognitivas y sociales y constituye, además, un canal favorable para gestionar y procesar el estrés, señalan expertos de la Academia Americana de Pediatría. En recordación al Día del Niño, desde la Dirección de Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles se alienta a las familias a compartir un momento de juego al aire libre con sus hijos. Además de fomentar la conexión y comunicación de los adultos con los niños, se logra reducir el estrés y llevar una vida más activa y saludable. Sin embargo, el exceso de horas de uso de pantallas, además de fomentar el sedentarismo, predisponen al desarrollo del sobrepeso y la obesidad, y de otras enfermedades crónicas como la diabetes, los problemas cardiovasculares, entre otros, así también, a perder el contacto con la realidad social, emocional y familiar, logrando reducir la habilidad de interacción social, la creatividad y la productividad. Cada vez que un niño se mueve, activa una gran cantidad de moléculas que determinan una serie de eventos interconectados, entre ellos, las emociones positivas que le permiten redescubrir su mundo más y menos próximo de una manera creativa y dinámica. De esta manera, se multiplican y extienden sus conocimientos y sensaciones con el mundo exterior, y si los estímulos son adecuados y oportunos para su edad cronológica y funcional, el aprendizaje se potencia y las relaciones interpersonales con sus pares y los adultos se tornan más favorables. La Dra. Mirta Ortiz, de Promoción de la Actividad Física del Ministerio de Salud nos cuenta que el tiempo destinado a moverse en la infancia es de vital importancia, realizando así una amplia de gestos motores que pueden ser sencillos como los ejercicios naturales de caminar en diferentes direcciones, correr, saltar, lanzar, trepar, traccionar. A medida que van teniendo más edad, se agregan ejercicios más complejos, coordinando los brazos con las piernas, con la respiración y con otros segmentos corporales (cabeza, cuello, abdomen). A estos mismos movimientos se le pueden incorporar ritmo, mediante las palmadas, zapateos, chasquidos, toque de palillos, de tambores, panderetas, sonajeros, cornetas, música de canciones según edades de los participantes. Otra alternativa además es, trabajar con elementos como la soga, botellitas de diferentes tamaños, cintas, globos, pelotas de diferentes tamaños, pesos y texturas, papel diario, silbato, cornetas, palos, conos entre otros. Al realizar ejercicios físicos (jugar a la pelota, correr, saltar la cuerda, andar en bici) se estimula el desarrollo que se traduce en mejora de sus habilidades neuromusculares, así como las funciones orgánicas, entre ellas, la capacidad cardiocirculatoria, respiratoria, tener huesos más calcificados y más resistentes a las fracturas, mayor masa muscular y más centímetros de altura, mediada por el movimiento que incrementa la producción de la hormona de crecimiento. Otro de los beneficios que aporta la actividad física a la salud es el bienestar, contribuye a estar más alegres y con entusiasmo de vivir, alejando la ansiedad, los estados de ánimos negativos y pensamientos destructivos, adquiriendo así herramientas positivas para fortalecer la resiliencia, tan imprescindibles en esta etapa, y prevenir los traumas de diversa índole. Recuerde que todo juego y mejor aún si es activo, realizado por los niños y acompañado de sus padres y otros adultos que lo cuidan, suman minutos para más salud y fortalecimiento de la calidad de vida de toda la familia, con mejores funciones vitales físicas y mentales que protegen de numerosas enfermedades muy prevalentes hoy día. Ejercicios recomendados por la OMS de acuerdo a la edad 0 a -1año: 30 minutos por día de ejercicios de movilidad de miembros superiores; pararse en dos pies con ayuda, desplazarse si ya está caminando, gatear, rodar lateralmente a la derecha e izquierda, flexionar los brazos y piernas sobre el abdomen y luego extender los mismos segmentos. 1-2 años: 180 minutos por día (3horas/día). Saltar en dos pies, lanzar pelotitas livianas, correr en diferentes direcciones, gatear, bailar ritmos infantiles. 3-4 años: 180 minutos por día (3 horas/día). Saltar con dos o un pie en diferentes direcciones, lanzar, meterse en cajas grandes, correr, desplazarse en cuatro apoyos (cuadrupedia), lanzar objetos (globos, pelotas blandas y livianas), levantarse y acostarse, imitar movimientos de animales (sapito, conejo, perrito, gatito, pato, serpiente). A modo de sugerencia, comentamos que una manera muy amigable y constructiva para moverse es la de realizar JUEGOS COOPERATIVOS, que potencian las capacidades físicas propias a desarrollar en estas edades como la resistencia aeróbica, fuerza muscular, equilibrio, flexibilidad, coordinación neuromotora, agilidad, velocidad de desplazamiento y de reacción en el marco de un clima de compañerismo, empatía, solidaridad e inclusión que permite una amplia participación colectiva, entre pares y también intergeneracional. Algunos ejemplos divertidos y sencillos de juegos cooperativos: 1. EL GLOBO: se lanza un globo inflado al aire, y mediante múltiples toques de todos los jugadores, que de esta manera evitan que se caiga al suelo. Si cae, vuelve a empezar el juego y se puede medir el tiempo, tratando de ir aumentando el tiempo de juego, como un desafío grupal, donde todos colaboran para lograr las metas. 2. LA SOGA: extender en el piso la soga, y saltar en forma conjunta, tomados de las manos, hacia adelante, hacia atrás, hacia la derecha, a la izquierda, hacia abajo, saltar dos, tres, cuatro saltitos hacia adelante, atrás, derecha, izquierda, arriba saltando alto, en cuclillas varios saltitos. 3. EL HUEVITO: varios participantes unidos de las manos, entrelazados, transportan un globo, o pelota a una línea de llegada, adelante, atrás, a la derecha, izquierda. 4. EL RESCATE: se organiza un gran grupo, se distribuyen por el patio o espacio disponible, escondiéndose. Uno queda como líder y a medida que descubre a sus compañeros, les toma de la mano y van buscando a los otros, sumándose al grupo de rescate. Termina cuando todos son rescatados.