El rápido actuar de los funcionarios de salud, de manera coordinada, logró reestablecer a un hombre de 77 años de edad, afectado por el síndrome de Stevens – Johnson de una mortalidad considerable, es una reacción a medicamentos que, en este caso, no fueron indicados por un profesional de la salud.
El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social recuerda la importancia de evitar la automedicación y consultar con un profesional de la medicina siempre que tenga algún problema de salud. Consumir medicamentos sin la supervisión de un profesional es peligroso, ya que puede tener efectos secundarios graves, interacciones con otros medicamentos o alimentos, sin dejar de mencionar que, pueden empeorar una condición médica subyacente. En este sentido, cabe mencionar un caso sucedido recientemente en el departamento de Caaguazú, que gracias a la asistencia oportuna y el actuar coordinado entre profesionales y servicios de salud, un paciente logró superar las complicaciones a causa de la automedicación y reestablecerse. Se trata de un hombre de 77 años de edad, quien sufría de dolores intensos, y a raíz de ello se automedicaba con varios por fármacos, a través de los cuales calmaba el dolor, pero no trataba la causa. En consecuencia, el adulto mayor desarrolló la aparición de manchas eritematosas, lesiones orales, afectación ocular, dolor intenso y decaimiento en el estado de ánimo, episodios que fueron evolucionando con el tiempo. El evento fue reportado a la Unidad de Salud de la Familia (USF) Kambay, el médico acudió al domicilio del paciente y ante la verificación, el doctor trató la situación con un especialista en dermatología, el diagnóstico fue el síndrome de Stevens – Johnson, un trastorno grave y poco común de la piel y de las membranas mucosas, suele ser una reacción a medicamentos. Una vez que los familiares fueron puestos al tanto de la gravedad del caso, el paciente fue remitido a un centro asistencial. Mientras tanto, el médico de la USF investigó la disponibilidad de 21 ampollas de inmunoglobulina necesarias para el tratamiento, las cuales son de alto costo, por lo que, la directora regional, Dra. Lorena Ocampos, y la Dra. Rosa Corrales, realizaron las gestiones necesarias para conseguirlas. Cabe mencionar que las ampollas fueron provistas en su totalidad por el Ministerio de Salud Pública, implicando costo cero para el afectado. Gracias al rápido actuar y la coordinación entre los profesionales de la salud, tanto del sector público como privado, se pudo aplicar el tratamiento de manera oportuna y el paciente reaccionó favorablemente. Mediante la evolución positiva, el mismo pudo continuar su tratamiento en su domicilio. Pese al difícil escenario, el caso pudo superarse, pero es una experiencia válida para recordar que la salud es el bien más preciado, que se debe cuidar y tratar con orientación profesional, y que, ante cualquier molestia, la automedicación no es una opción.