Las pausas activas son implementadas por la cartera sanitaria con la finalidad de adherir a los trabajadores a mantenerse activos, evitar el sedentarismo y disminuir el riesgo a desarrollar obesidad, diabetes, hipertensión y otras enfermedades.
Está visto que aquellas personas que permanecen sentadas o inactivas por tiempos muy prolongados duplican el riesgo de padecer enfermedades crónicas, en comparación a aquellas que se mantienen activas. Efectuar una pausa laboral de unos breves minutos para levantarse del asiento y hacer unos pequeños ejercicios de movilidad o estiramiento es clave para mantenerse activo y más productivo. Atendiendo este riesgo de salud, desde la Dirección General de Vigilancia de la Salud se incentiva a los trabajadores a realizar unos minutos de “pausa activa” en el lugar de trabajo, con ejercicios de estiramiento, a los efectos de hacer frente al sedentarismo y disminuir el riesgo a desarrollar enfermedades no transmisibles, como el sobrepeso, la obesidad, diabetes mellitus 2, hipertensión arterial, algunos tipos de cáncer y afecciones respiratorias. Este plan se promueve en el marco de la celebración del Día Nacional de Lucha contra la obesidad, dirigido a los funcionarios y funcionarias de las diferentes direcciones y dependencias de la Dirección General de Vigilancia de la Salud. Las pausas activas son breves sesiones de ejercicios (estiramiento o caminatas) para contrarrestar el sedentarismo y de esa manera sumar minutos de actividad física por día con miras a ir construyendo un estilo de vida más activo. Representa una estrategia protectora de la salud muy versátil que puede ser implementada en el mismo espacio de desempeño laboral por los diferentes motivos favorables, como la simplicidad de ejercicios y la accesibilidad a las sesiones prácticas, así como el valioso aditivo de interacción y apoyo de los compañeros y compañeras de trabajo que da impulso a la continuidad para el logro de la meta trazada: ser más activos para una mejor calidad de vida. Beneficios de las pausas activas Las pausas activas disminuyen el estrés patológico y la fatiga consecuente, estimulan y favorecen la circulación sanguínea y de esa manera mejoran la función cardiaca, respiratoria, digestiva y cerebral, optimizando el aprendizaje, con más capacidad de atención, creatividad y desempeño laboral. Otros aportes muy importantes son la de mejorar el humor, brindando desde los pocos segundos de inicio de la sesión un estado de ánimo positivo, más tolerante, que facilitan las relaciones interpersonales para una mejor integración social constructiva y mayor eficiencia laboral.