El Instituto Nacional de Nefrología (INN) llevó a cabo una jornada de promoción de la salud renal y nefroprevención de enfermedades renales, en el centro de salud N° 9 “Bernardino Caballero”. Buena alimentación, hidratación correcta, actividad física y otros son claves para mantener sanos estos órganos esenciales.
Los pacientes en sala de espera de consultorios como clínica médica, ginecología, pediatría y especialidades afines, así como, funcionarios del centro de salud N° 9 “Bernardino Caballero”, recibieron una charla educativa sobre cómo mantener saludables los riñones y prevenir enfermedades renales. La actividad estuvo a cargo del Programa de Salud Renal, con la Dra. Natalia Giménez, del Instituto Nacional de Nefrología (INN). Los participantes de la actividad aprendieron claves importantes que hacen a la promoción de salud renal y nefroprevención de las enfermedades renales. Ellos, a su vez, replicaran lo aprendido en sus entornos, con sus familiares y amigos. En la ocasión se entregaron trípticos con información relacionada al cuidado de estos órganos que contribuyen a eliminar los desechos del organismo, equilibrar los fluidos, mantener la presión sanguínea bajo control, conservar los huesos sanos y ayudar a producir glóbulos rojos. Una vez que éstos se dañan, no pueden filtrar la sangre ni realizar ninguna otra función en forma normal. Si la enfermedad no se trata puede ser mortal. ¿Qué hacer para cuidar los riñones? - Controlar la presión arterial y la glucosa en sangre. - Mantenerse hidratado, consumiendo dos a tres litros de agua por día. - Evitar el consumo de bebidas alcohólicas. - Evitar las bebidas azucaradas. - Evitar fumar o vapear. - Disminuir el consumo de sal. - Mantener un peso adecuado. - Realizar chequeos anuales de la función renal. - Llevar una dieta saludable, que incluya la ingesta de cinco porciones de frutas y verduras, todos los días. - Realizar actividad física de 30 a 60 minutos diarios. - No automedicarse con analgésicos u otros fármacos, aunque parezcan inofensivos. Los riñones pueden sufrir daños a raíz de una lesión física o del desarrollo de enfermedades como la diabetes y la hipertensión, que pueden contribuir a generar la insuficiencia renal.