El 21 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Espina Bífida, que tiene como objetivo, concienciar a la población sobre las vías por las cuales los defectos del tubo neural pueden reducirse, a través de la prevención primaria, el cual abarca el periodo preconcepcional y prenatal precoz.
Cada 21 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Espina Bífida, que tiene como objetivo, concienciar a la población sobre las vías por las cuales los defectos del tubo neural pueden reducirse, a través de la prevención primaria, el cual abarca el periodo preconcepcional y prenatal precoz. Es también una oportunidad para tomar conciencia y comprender más acerca del tema y un medio para defender y promover los derechos de las personas con estas discapacidades, así como mejorar su calidad de vida. La espina bífida se refiere a un desarrollo incompleto de la médula espinal, las meninges y/o vértebras, que impiden que la columna se cierre completamente. Este defecto ocurre en las primeras semanas del embarazo. Esto provoca daños permanentes en la médula espinal y el sistema nervioso del bebé y puede dar lugar a parálisis de los miembros inferiores y a problemas funcionales del intestino y la vejiga. Estas malformaciones podrían evitarse mediante el aporte farmacológico de 0.5 mg de ácido fólico antes de producirse el embarazo (de 3 a 6 meses antes) y durante los tres primeros meses del mismo, ya que es el momento en que se forma el tubo neural. Este suplemento está indicado para todas las mujeres que deseen quedar embarazadas, y en aquellas familias en las que existen antecedentes de esta malformación, la dosis de ácido fólico requerida es superior (5 mg). Las personas portadoras de espina bífida y mielomeningocele, requieren de una atención multidisciplinaria e integral, del que forman parte una amplia gama de profesionales de la salud, como los especialistas pediatras, neurólogos, neurocirujanos, ortopedistas, nefrólogos, urólogos, fisiatras, fisioterapeutas, psicólogos infantiles, genetistas, entre otros. En pos de cumplir este objetivo, se encuentra operativo el lineamiento institucional denominado “Modelo de Atención Integral al Niño, Niña y Adolescente con Espina Bífida y Mielomeningocele”, el cual brinda a los profesionales y establecimientos de salud, herramientas organizacionales y normativas para llevar a cabo la atención a los pacientes en su integralidad, además de materiales de promoción, trípticos explicativos de sondaje vesical y libreta de seguimiento del paciente. También el Programa Nacional de Prevención de Defectos Congénitos, realiza la provisión de las sondas vesicales autolubricadas para el sondaje vesical intermitente a los pacientes de todo el sistema de salud, colaborando con una mejor calidad de vida y con la adquisición de la independencia, así como la provisión de los comprimidos de ácido fólico de 0.5 mg a los establecimientos que conforman la RIISS. El hospital general pediátrico Niños de Acosta Ñu, es el hospital de referencia para la atención multidisciplinaria de las personas afectadas con esta condición.