Los caracoles gigantes africanos (Achatina fulica) son moluscos de origen africano, una especie de zonas cálidas que se adaptan a una gran variedad de ambientes. Si encuentra uno, se recomienda no manipularlos y evitar el contacto con la baba del caracol, especialmente en los ojos, nariz y boca.
La Achatina fulica es un molusco de origen africano, una especie de zonas cálidas, se adapta a una gran variedad de ambientes, zonas intervenidas para uso agrícola, zonas urbanas y ecosistemas naturales, donde exista vegetación y elevado potencial reproductivo. En nuestro país se encuentra distribuido en algunos departamentos como Canindeyú, Misiones, Alto Paraná. Los especímenes en Paraguay pueden llegar a medir entre 9 cm de largo y 4 cm de ancho; su caparazón es cónico (puntiagudo), de color castaño, con bandas longitudinales en castaño claro y oscuro. En la base del caparazón tiene un truncamiento que lo distingue de otros caracoles. Así mismo, los factores de riesgo para la salud pública es que estos caracoles son reservorios de parásitos del tipo helmintos que pueden ser transmitidos a las personas. Por lo que se recomienda tener en cuenta los siguientes cuidados. - No manipular los caracoles. - En caso de tener que manipular los caracoles, utilizar guantes. - Evitar el contacto con la baba del caracol, especialmente en los ojos, nariz y boca. - No utilizarlos como mascota. - Lavar con agua potable los alimentos antes de consumir, ya que estos podrían tener estadios de caracol. Estas medidas preventivas son fundamentales para proteger la salud pública y reducir el riesgo de transmisión de parásitos asociados a estos caracoles. Se recomienda a la población en general mantenerse informada y adoptar estas precauciones. Fotografías: Jonh Kochalka.