Consumir sal en exceso puede ser perjudicial, por lo que se recomienda reemplazarla por hierbas frescas, ajo, orégano, laurel, romero, limón y otros. Esto teniendo en cuenta que abusar con la sal en las comidas provoca enfermedades como hipertensión arterial (HTA), dolencia que aqueja a casi el 50 % de la población adulta del Paraguay.
Es muy importante tomar conciencia sobre la importancia de evitar el consumo desmedido de la sal, ya que podría generar consecuencias negativas a la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la ingesta de hasta 5 gramos diarios (una cucharadita) de sal yodada al día, y debe ser distribuida en todas las comidas, incluida la que se encuentra en los alimentos, como panificados y enlatados, etc. Esta recomendación es para personas sin antecedentes de hipertensión arterial. El sodio no solo se encuentra en la sal de mesa, sino también de forma natural, en una gran variedad de alimentos, como leche, huevos, carnes, vegetales y, en mayor cantidad, en los alimentos procesados (salsas, embutidos, cubos de caldo, mayonesa, kétchup, pickles, papas fritas, manteca, margarina, gaseosas, entre otros). Para prevenir y controlar los factores de riesgo que ocasiona el exceso de sal/sodio en la salud se debe: -Consumir alimentos frescos, porque aportan menor cantidad de sodio. -Leer el etiquetado nutricional de los productos industrializados y elegir aquellos con menor cantidad de sodio. -Mejorar el sabor de las comidas, agregando gotitas de limón o especias (orégano, perejil, hojas de laurel, romero, etc. en vez de sal). -Lavar bajo chorro de agua aquellos alimentos conservados en agua y sal, antes de consumirlos (como latas de arveja, choclo, etc.), de ser posible, evitar los productos enlatados. -Evitar el uso de salero en la mesa. -Disminuir el consumo de alimentos procesados. Sobre la hipertensión arterial (HTA) La HTA, más conocida como “presión alta”, es una condición que constituye el principal factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares. Se caracteriza por la elevación persistente de la presión arterial a cifras mayores o iguales a 140/90 mmHg. En nuestro país, casi el 50 % de la población adulta padece esta enfermedad. Padecer esta dolencia se debe principalmente a la mala alimentación (sobre todo con alto contenido de sal), el sedentarismo, la obesidad y al consumo de tabaco y alcohol. También es hereditaria, puede aparecer a cualquier edad y afectar a varios órganos.