Cómo cuidarse ante las altas temperaturas

Beber agua, aunque no se tenga sed, es fundamental. Utilizar ropa ligera, de color claro y holgado, ducharse para bajar la temperatura corporal. Niños menores de 2 años y personas mayores, los más sensibles a las altas temperaturas.

El calor extremo tiene un impacto en la salud y es importante conocer los cuidados que se deben tener para evitar consecuencias negativas en nuestro cuerpo.

Los calambres musculares pueden ser el primer signo de sufrimiento por las altas temperaturas y causar agotamiento o golpe por calor. El agotamiento por calor puede presentar características como sudor abundante, debilidad, piel fría, pálida, húmeda y pegajosa, pulso rápido o débil, náuseas o vómitos y desmayos.

Para contrarrestar esto es necesario resguardarse de las altas temperaturas en sitios más frescos, recostarse y aflojar la ropa. De ser posible refrescar la piel con pañitos húmedos y fríos, tomar sorbos de agua y si tiene vómitos continuos, buscar atención médica de inmediato.

El golpe de calor se caracteriza por la alta temperatura corporal (más de 39.4º C), piel caliente, enrojecida, seca o húmeda, pulso rápido y fuerte, además de posible pérdida del conocimiento.

Las personas de 60 años o más tienen menos probabilidad de sentir y reaccionar ante los cambios de temperatura. Las personas en esta franja etaria deben evitar exponerse al sol y de ser posible permanecer en ambientes con acondicionadores de aire tanto como sea posible. Es conveniente que la persona mayor esté acompañada de algún familiar, amigo o vecino y no solo.

Se recomienda beber más agua que de costumbre y no esperar a tener sed para hidratarse. Es mejor utilizar ropa ligera, de color claro y holgado, así como ducharse para bajar la temperatura corporal.

Las personas que padecen de afecciones crónicas y puedan estar tomando medicamentos empeoraran el efecto del calor extremo. Por ello es recomendable beber más agua que de costumbre y no esperar a tener sed.

Impacto del calor en los niños

Los bebés y los niños menores de 2 años son muy sensibles a los efectos del calor extremo y dependen de otras personas para mantenerse frescos e hidratados, por lo que se debe estar atento para brindarles agua.

Nunca dejar a un niño en un auto estacionado. Ni tampoco dejar a las mascotas en autos estacionados, ya que ellos también pueden sufrir enfermedades por calor.

Vestir a los niños con ropa suelta, ligera y de colores claros. Buscar atención médica inmediatamente si el niño tiene síntomas de enfermedad por calor.