El paciente de 30 años se mantuvo conectado a un corazón artificial en el Instituto Nacional de Cardiología (hospital San Jorge) con un diagnóstico de cardiopatía terminal. La cirugía compleja duró 6 horas y las próximas 72 horas son cruciales para la evolución del paciente.
Con un diagnóstico de cardiopatía terminal que lo mantuvo conectado a un corazón artificial durante 113 días, el joven William Méndez de 30 años finalmente fue beneficiado con la donación de órgano en el Instituto Nacional de Cardiología (hospital San Jorge). La cirugía se concretó esta mañana y duró aproximadamente 6 horas, el procedimiento fue complejo debido a que el paciente se encontraba conectado al dispositivo ECMO y su condición era de urgencia cero, explicó el doctor Marcos Melgarejo, cirujano cardiovascular jefe del Programa de Trasplante y director general del Instituto Nacional de Cardiología, quien encabezó el equipo médico. El donante fue un joven de 31 años con un cuadro de muerte cerebral y cuya familia dio el consentimiento para la donación multiorgánica de corazón, así como de dos riñones que fueron trasplantados en dos pacientes del IPS de 38 y 68 años, y las córneas que serán implantadas próximamente. El reporte médico del paciente se dará a conocer una vez por día. El proceso de ablación Una vez determinada la muerte del donante, se realizó el protocolo para la confirmación de la muerte encefálica del paciente y se inició el proceso de sincronización entre centros asistenciales especializados como el Instituto Nacional de Cardiología (hospital San Jorge) y el hospital Nacional de Itauguá donde se realizó la ablación de órganos. Para que un órgano pueda ser trasplantado, debe ser compatible con el receptor condición determinada por los estudios de histocompatibilidad procesados por el Laboratorio Central del MSP. “El paciente se encontraba en emergencia cero porque estaba con el dispositivo conectado y la asignación del corazón se realizó por la compatibilidad de peso, considerando que los otros niños de la lista de espera son pequeños”, señaló el Doctor Hugo Espinoza, director del INAT haciendo referencia a los pacientes que también aguardan un trasplante cardiaco. “Este fue un proceso que inició ayer entre la noche y madrugada y continuó toda la mañana y queremos reiterar el agradecimiento a la familia del donante por la predisposición demostrada en todo momento”, recalcó Espinoza. En el país, según la “Ley Anita” 6170/18, toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos posterior a su fallecimiento. Si alguien no desea donar, debe manifestarlo por escrito al INAT. Toda persona viva, o después de su fallecimiento por muerte encefálica, sin importar la edad ni el sexo, puede ser donante de órganos y tejidos, en el caso de menores de 18 años, con expresa autorización de los padres o tutores legales. Ser donante posibilita que, dadas las condiciones clínicas necesarias, se pueda realizar la ablación y posterior trasplante de dos riñones, hígado, corazón, dos pulmones y el páncreas. En cuanto a los tejidos, se pueden ceder las dos córneas, la piel y los huesos.