• El Ministerio de Salud Pública estableció la obligatoriedad de la presentación del certificado internacional de vacunación contra la fiebre amarilla sea en formato digital o físico.
• Esta resolución incluye a paraguayos y extranjeros residentes.
El Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social emitió la Resolución S.G. N° 275 que establece la obligatoriedad de presentar el certificado internacional de vacunación contra la fiebre amarilla en formato físico o digital, como requisito para autorizar el ingreso al país de extranjeros provenientes de zonas de riesgo. Asimismo, este certificado será exigido tanto para la salida de extranjeros residentes en el país como para nacionales con destino a zonas de riesgo. ¿Quiénes deben presentar el certificado? Excepciones ¿Qué hacer si no tengo el certificado? Extranjero que pueden ingresar por situaciones especiales son aquellos que viene por: razones humanitarias, motivos comerciales, técnicos especializados, tripulación, otras situaciones que el país considere necesarias, esto se gestionara a través de la Dirección de Vigilancia y Control de Fronteras, remitiendo todos los datos al correo: cspe.dgvs@mspbs.gov.py con 72 horas de antelación. Fiebre Amarilla Síntomas La fiebre amarilla se presenta con fiebre, dolor de cabeza, ojos y piel amarillos (ictericia). También produce dolores musculares, náuseas, vómitos y cansancio. Prevención La vacuna es la principal medida de prevención de la enfermedad. Se aplica una sola vez en la vida y no requiere dosis de refuerzo. ¿Quiénes deben vacunarse? Población de 1 a 59 años de edad que aún no recibió la vacuna. En caso de epidemia podrán ser inmunizados los niños de 6 meses que viven en zonas de alto riesgo de infección. Contraindicaciones de la vacuna La vacuna contra la fiebre amarilla está contraindicada para: – Niños menores de 6 meses. – Embarazadas. – Personas con antecedentes de alergia a cualquiera de los componentes de la vacuna como huevo, proteínas de pollo o gelatina. – Para quienes tengan alteraciones del sistema inmune, incluyendo la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). – Personas con enfermedad del timo, miastenia gravis, síndrome de Digeorge, con tumores malignos, trasplantes de órganos y patologías que requieran tratamientos con inmunosupresores.