El humo contiene partículas nocivas que pueden afectar a los ojos.
El Programa Nacional de Salud Ocular de la cartera sanitaria recuerda algunas medidas de cuidado.
La conjuntiva, fina capa que protege a los ojos, puede deteriorarse a causa del humo en el ambiente, provocando conjuntivitis, con molestias como picazón, ardor, irritación ocular o periocular, lagrimeo, sensación de cuerpo extraño, hinchazón de párpados y secreciones mucosas en algunas personas. La sequedad ocular también puede ser consecuencia del humo en el ambiente y esto puede empeorar en personas que tiene alguna afección ocular de base. En casos más graves, podría provocarse daños en la córnea (queratitis), e incluso, quemaduras ante la exposición directa a zonas con fuego.
Medidas de seguridad para proteger a los ojos del humo:
- En lo posible, evitar la exposición a ambientes con humo, o limitar al mínimo el tiempo al aire libre, sobre todo si se padece de alguna afección ocular de base, como conjuntivitis alérgica u ojo seco
- Usar lentes de protección o lentes de sol si se está implicado en tareas en áreas de extinción de incendios.
- Lavarse los ojos con agua ante exposición directa en zonas de incendio o humo.
- Colocarse compresas frías sobre los ojos cerrados.
- Evitar el uso de lentes de contacto en áreas donde la intensidad del humo es mayor.
- Evitar frotarse los ojos, ya que puede empeorar las molestias.
- Utilizar lágrimas artificiales para mantener los ojos hidratados y eliminar las partículas nocivas que pudieron ingresar a los ojos.
- Los colirios descongestivos que no contengan corticoides pueden ser utilizados por períodos cortos.
- Si las molestias persisten después de seguir las recomendaciones, acudir a la consulta médica.
- Evitar la automedicación, solo las lágrimas artificiales son recomendadas sin prescripción médica y son de venta libre.