• El medio ambiente influye fuertemente en la salud cardiovascular. Se ha observado en estudios científicos, a corto y largo plazo, que la contaminación atmosférica produce aumento notable de la morbimortalidad cardiovascular.
Un estudio reciente encontró que respirar humo intenso de los recientes incendios forestales aumentó el riesgo de un paro cardíaco extrahospitalario hasta un 70 %. Otros estudios han relacionado el humo de los incendios forestales con un aumento de las consultas en los servicios de urgencias, en particular de las personas mayores, por problemas relacionados con el corazón, arritmias, insuficiencia cardíaca, infartos y derrames cerebrales. Los incendios forestales producen cantidades masivas de emisiones, incluidas partículas finas y gruesas, monóxido de carbono, metano, óxido nitroso, óxidos de nitrógeno, compuestos orgánicos volátiles de carbono, metales y otras toxinas. Dichas partículas pueden desplazarse a cientos de kilómetros para impactar en áreas altamente pobladas alejadas del incendio. Las emisiones de los incendios forestales pueden contribuir significativamente a la carga de contaminación del aire ambiente. El humo intenso de los incendios forestales y la alta contaminación del ambiente está relacionado a eventos cardiovasculares, como isquemia aguda, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, tromboembolismo y arritmia, con un mayor riesgo de muerte súbita. El depósito de las partículas en las vías respiratorias pulmonares y los alvéolos provoca desequilibrios en el sistema nervioso autónomo, con inflamación y estrés oxidativo. A su vez, se ha observado la translocación directa de las partículas desde el pulmón a la circulación, con efectos sobre la función vascular, con inflamación sistémica, activación de mecanismos que alteran la coagulación y afectan el sistema nervioso, con alteraciones del sistema neuroendocrino, lo que explica el mayor riesgo de infarto, arritmias y muerte súbita.