Para satisfacer las necesidades diarias de líquidos se recomienda beber entre 2 a 3 litros de agua y no menos que esto. Este sencillo hábito evita la deshidratación corporal, ayuda a la buena circulación sanguínea, mejora la digestión y previene el estreñimiento.
La licenciada Claralina Mendoza, encargada del Proyecto de Comunidades Saludables, del Departamento de Prevención y Control de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud explica que en cualquier época del año se debe consumir abundante agua. Es importante no esperar a tener sed, ya que esta condición se presenta cuando el cuerpo empieza a deshidratarse, puntualiza.
Mendoza aconseja consumir de entre 2 a 3 litros de agua todos los días, mientras que los diabéticos deben ingerir necesariamente 3 litros del vital líquido debido a la poliuria, síntoma propio de la enfermedad que se manifiesta por la excreción abundante de orina.
Según refiere, la ingesta insuficiente de agua podría generar además de deshidratación, mareos, náuseas, complicaciones a nivel de la presión arterial y hasta problemas renales, situaciones que pueden ser prevenidas manteniendo al cuerpo hidratado.
Como complemento de la hidratación la profesional sugiere incluir dentro de la dieta alimentaria frutas y verduras, principalmente aquellas que contienen alta concentración de agua. El pomelo, la mandarina y la naranja, además de aportar vitamina C, contienen 80% de agua; en tanto que entre las hortalizas preferidas se halla el zapallo, la calabaza y el chuchú (papa del aire) que cuenta con 70% de agua. El tomate, la berenjena y zucchini son también alimentos acuosos.
Estos pueden consumirse en jugos y caldos o sopas. Explica que los caldos de verduras, además de contribuir a la hidratación corporal aportan sales minerales que favorece a fortalecer las defensas.
Para los jugos de frutas sugiere a las personas que padecen diabetes y a aquellas que se encuentren con sobrepeso u obesidad, el uso de Ka´a he´e o edulcorante.